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Aquel invierno...

Aquel invierno...

Enviado por Edición y recopilación: Javier C el 06-11-2011

Aquel invierno, finales de diciembre, era duro, pero duro de verdad. Aunque por donde estaba cazando no era zona de nevadas, las "pelúas" (heladas) estaban en pleno apogeo. Aún cuando la temporada estaba ya tocando a su fin, la caza no había dado signos de bajada y tal vez se podían ver más animales en estas fechas que en su comienzo. Es posible que en esa finca la comida nunca faltara ya que en sus "baldíos", sus arroyos, sus montes y sus pastizales, soportaba la carga de las especies del Coto y un alto porcentaje de los limítrofes. Para mí, las zonas más bonitas de cazar, siempre han sido los arroyos con sus "tarajes", sus brozas y en algunos lugares, "casi la impenetrabilidad de las personas".
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Aquel invierno, finales de diciembre, era duro, pero duro de verdad.
Aunque por donde estaba cazando no era zona de nevadas, las "pelúas" (heladas) estaban en pleno apogeo. Aún cuando la temporada estaba ya tocando a su fin, la caza no había dado signos de bajada y tal vez se podían ver más animales en estas fechas que en su comienzo.
Es posible que en esa finca la comida nunca faltara ya que en sus "baldíos", sus arroyos, sus montes y sus pastizales, soportaba la carga de las especies del Coto y un alto porcentaje de los limítrofes.
Para mí, las zonas más bonitas de cazar, siempre han sido los arroyos con sus "tarajes", sus brozas y en algunos lugares, "casi la impenetrabilidad de las personas".
Se pueden abatir prácticamente todas las especies de caza menor y si tienes la suerte de llevar un buen compañero de oreja y nariz fina, se puede divertir uno y hacer unas perchas realmente buenas.( No es mi caso, por desgracia, para mi claro).
Esta vez nos trasladamos Paquillo y yo en nuestro "buga" un jueves con el fin de estar descansados para el fin de semana, aprovisionamiento de comida, tabaco( hoy no me hace falta ), gasolina, cartuchos y demás "apechusques" de esta bendita afición nuestra.
Ah y ropa de "super abrigo " el guarda nos había dicho que por los arroyos los "pingüinos" utilizaban abrigo y bufanda.
Era algo maravilloso aquellos viajes, carreteras malas de solemnidad y carriles con "baches" donde entraba el coche y salía al cuarto de hora.  
Paciencia, tranquilidad, calma y horas y horas de conversación con un tema único LA CAZA !!!!!
Luego una vez en la finca a preparar la cama, la comida y a cambiar impresiones con el guarda, el encargado y sobre todo y ante todo con los pastores y cabreros.
Estos llegan a saber mas de la caza que los propios guardas.
Unas cajetillas de tabaco, unos botellines de cerveza, una charla distendida y ya vas preparando mentalmente tu mapa de actuación.
Yo he conocido pastores-cabreros que sabían hasta donde meaban o cagaban los animales. Algo único.
El sábado estaríamos separados, ya que mi colega tenía metido entre ceja y ceja de recorrer a "pinrel" ( a pié ) todo lo que pudiera de la sierra, llegando si tenía fuerza hasta la parte más alta, por mi parte estaba decidido a registrar los arroyos que pudiera acompañado por la Jara y la Tula, madre e hija y bretonas, por supuesto.
La Jara, no llegando a la talla de la Sra. era más "imprevisible", lo mismo le hacía una muestra a un "cigarrón" que a una rata de agua.
La Tula estaba en sus primeros escarceos de campo. Pintaba bien, francamente bien.
Aquellas cenas en pleno campo, sin luz eléctrica, alumbrados por "carburos" o por "candiles" con su chimenea a tope de leña era algo que por desgracia ya ha desaparecido. El encanto era "sublime" !!!
El café de "pucherillo", el "aguardiente matarratas", el coñac " Carlos Garrafa" y un buen cigarrillo o un buen puro encendido con un "ascua" de la chimenea eran momentos de tal intensidad que aún pasado más de medio siglo, cuando leo los apuntes, la boca y todos mis sentidos se llenan de aquellos olores y sabores.
Qué le vamos a hacer !!!!!
Pero el recuerdo y el cariño, eso nadie me lo podrá quitar, sólo me lo quitará la "canina" ( la muerte ). Espero que "de momento" se olvide de mí !!!!
Casi siempre y más en estas fechas, las salidas eran ya bien entrada la mañana.
Las heladas no permitían ni a los perros ni a nosotros "trabajar" adecuadamente.
Paco se "distribuyó" por todo su cuerpo un par de cientos de cartuchos, una cantimplora rellena de "estimulantes" ( aguardiente perruno ) y le llevaron en el 2 cv  hasta el inicio de la sierra.
Yo esperé casi pasadas las diez de la mañana para acompañarlo de las dos "muchachitas" y salir directamente hacia los arroyos.
Al poco de salir del cortijo empiezan unos "mini" arroyuelos con poca broza y con claros y limpios donde poder intentar abatir a las posibles presas. Zona esta de conejo, algo de liebre y muy poca o nula presencia de la perdiz. Al no existir nada de arboleda, los zorzales, no eran piezas a poder "dar tralla".
Para esa ocasión y por primera vez, tenía en mi poder una "superpuesta" mas pesada " que una ternera en brazos", sin expulsores y marca "la hurona".
Comenzamos por un arroyete, majete él ya que era fácil de andar y donde el campo de acción y tiro no debería tener nada de particular. Pero si, si. Mis cosas !!!!
Estaba utilizando cartuchos " El galgo verde " trust -eibarrés, plomo de 6ª .
La Jarilla comenzó como se debe comenzar. Registrando todas las brozas, con tranquilidad, sin prisas, cargando vientos, laceando, bajando y subiendo las crestas del arroyo. Una perfecta sincronización en sus movimientos. La Tula, a su aire, como una moto. Estuve tentado de volverme y dejarla en el cortijo.
No habríamos andado más de media hora y la "jovencita" ya había "latido" en carrera más de una docena de conejos. Pero ocurrió una cosa que le vino " ... como pedrada en ojo de boticario". Veo como le entra el tembleque que precede a una muestra.
Salgo pitando y cuando llego estaba la "cachorrona" en muestra prácticamente en el mismo morro alto del arroyo. Rompo y como a unos diez-quince metros, saltó una "orejota" grande, grande, grande. Me hecho instintivamente la escopeta a la cara PUMM PUMM y al segundo veo que acusa el tiro pero corría que se las pelaba. La perra materialmente se "engalgó" con ella y las vi de perderse, lejos lejos. Maldecí no haber abatido a la "beata" como debería de haber hecho y no sabía a dónde iría la debutante a parar. Mal empezamos, me dije.
En esto que veo a la "catedrática" bajar la intensidad de su paso, temblequeo, el rabito con el mal de "sambito" y todo su cuerpo en tensión. De muestra !!!!!
Por delante del "hocico" de la perra a unos escasos cinco metros, un "atestón" de broza pero fijándome con más lentitud, vi varias entradas a las mismas. Estaba claro, conejos "habemus" !!!! Ya le he dicho, lo volveré a decir, no me cansaré una y un millón de veces. Qué momentos !!!! Que subidón de adrenalina !!!!
Sobrepaso a la perra y esta al cortar las emanaciones, salta y entra literalmente de cabeza en medio de las brozas.
ZASSS... un "cojonero" que se endereza por un pelado. Lo tengo que dejar que corra, podría desintegrarlo el tiro por la escasa distancia. Son esos que te recreas, lo apuntas con toda claridad y con toda calma. Ya has previsto donde le vas a "revolcar", ya está en el "talego". Pumm-pumm y ambos zambombazos quedaron tan cortos que casi me doy en los pies (es un decir ). Malamente empezamos !!!
Abro la "super" descargo las vainas y procedo a cargar y ... la perra da otro arreón y zasss... dos conejos por el mismo lugar que el anterior. Me pongo acelerado, pum-pumm y los dos a criar !!! La madre que me parió !!!!
Tres conejos y una liebre, como se los ponían a Felipe V y ni un rabito.
Mira que soy malo !!!! ( a veces )
Enciendo un cigarrillo, intento relajarme cuando aparece por lo alto del morrete del arroyo la Tulilla, en la boca traía una liebre "casi" más grande que ella.
Venía rota, entregada, andaba unos pasos y se tendía en el suelo.
Eso sí la presa no la soltaba ni a la de tres. La carrera le vino al pelo. Se le acabaron las atolondradas carreras. Creo que fue esa liebre la que le hizo ver cómo se las gastaban las orejotas y lo aprendió a la perfección.
Hasta el final el arroyo y enlazar con otro infinitamente más grande y ya con agua, un conejo fallado y una liebre que me dio tiempo a cargar dos veces y que fue al morral gracias a la "veterana".
El arroyo grande estaba repleto de "tarajes", brozas, junqueras, carrizos y demás especies arbóreas. Antes de llegar a él ya se sentía el "piterío" de los zorzales.
Varios "banditos de azulones" tomando "tierra" y el canto de varias perdices. Ver y oir eso es algo impagable. Desde ese momento ya estas, mentalmente, preparando la forma de "entrarles". Esos escasos minutos, ese "trajinar aéreo".
Esos huidizos "gazapos" que ves escurrirse a lo lejos y hacia la caja del rio, esos, digo son los que te van dando ese principio de emoción y hacen que la inteligencia del hombre prevalezca sobre el instinto de los animales. El cobrar o no cobrar alguno, solo es cuestión de suerte o habilidad. Los animales están en su hábitat.
Conocen a la perfección sus "dominios". Desplegarán todo su instinto.
Será una partida a vida o muerte !!!! Esa es la pura y dura realidad. El final de todo es: EL LANCE !!!!!
Hasta llegar al momento del disparo, deberíamos de analizar cómo ha sido, como hemos llegado a ese momento venciendo al animal y sus querencias. Luego es otra cosa.
Matar o no matar debería de ser igual. A mis años lo es, seguro.
Me senté a descansar pero teniendo la prevención de sujetar a las perras.
Sabía que delante de mí había "material" suficiente para hacer una excelente, buena, regular o mala percha. Eso era algo que nadie podía saberlo.
Distancia a recorrer mucha, especies casi todas. Dos perras, sobretodo una, francamente buenas. Solo encomendarme a San Huberto, patrón de los cazadores y a fallar lo menos posible, cosa nada normal en mí. Termino el cigarrillo, cargo y adelante.
Los zorzales salían haciendo auténticas piruetas, a lo lejos ya se notaba el "trasiego" de los "lagomorfos" poniendo tierra de por medio.
Sólo con ver lo que yo estaba viendo, cualquier cazador se hubiera dado por satisfecho, y yo lo estaba, gracias a Dios.
Tenía un tremendo problema: las perras caso de quedar de muestra. Ese es el gran problema en esos lugares de caza. Pero lógicamente, no se pueden hacer tortillas, sin romper huevos !!!! Suelo pegarme lo máximo a la caja del rio.
Comienzo a andar y  no más de doscientos metros andados, veo tapándome con unos carrizos, un bandito de "cerretas" nadando en un gran charcón. Las perras estaban casi encima de los volátiles. Me escurrí y me puse en postura al raspil de los carrizos.
Fue entrar las perras y formarse un "estropicio" de "mil pares de pelotas".
El bando de "cerretas" y dos pares de azulones que no había localizado, salieron de estampía y dando unos " cua cua cua" que retemblaba el arroyo.
Me reporté al máximo. Me casi fundí, literalmente con los carrizos.
La tensión era máxima !!! La adrenalina hasta las orejas !!!!
Las "cerretas" volaron contra mi posición, inútil hacer ningún disparo.
Por el contrario las dos parejas de "azulones" los vi como volaban, "derechos como una vela" hacia mi lugar de ubicación. Lo mismo que anteriormente no había estado a la altura de las circunstancias, ahora templé ánimos. Dejando cumplir y buscando a los "machos" corrí la mano y realicé un extraordinario y espectacular doblete.
Las perras cobraron a la perfección. A los disparos empezaron a salir patos arroyo adelante de forma tal que prácticamente volaron a otros lugares más tranquilos.
Bueno si saben que soy yo el cazador, tal vez, alguno no habría volado.( jejejeje).
Eso si zorzales a carga y descarga. Conejos ni catarlos y ver vi" la tira ".
Orejonas pocas y largas, y perdices un par de buenos bandos que volaron hacia unos olivares lejanos. Cuando quise darme cuenta y debido al "zorzaleo" estaba "cuasi-cuasi" sin cartuchería. Por tanto, media vuelta y al cortijo.
En el trayecto de vuelta, dos orejonas y un conejo. Fallar mejor no lo cuento. A medio camino de vuelta, sin cartuchos. Perras atadas. El hombro, casi "en carne viva".
La percha ni fú ni fa. Cuando llegué a la finca acababa de llegar Paquillo.
Como de costumbre había roto todos los esquemas. Se había limitado a las perdices, nada de "peludos corredores". Creo que pasaron de la treintena.
Estaba peor que la cachorra. Esa tarde nos quedamos sin salir. La cena a base de "zorzaletes" a las brasas !!!!
Y alguna que otra perdiz. Un buen tinto, una buena conversación y a la "piltra". Al día siguiente nos seguían esperando nuestros "cordialmente enemigos" por esos campos de Dios. Ya contaré como se dio la cosa. Pasé de las dos cajas de cartuchos.
Espero haber podido transcribir al gusto de todos una mañana más de caza por esos Cotos de Dios !!!!


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